lo que dice la Biblia sobre el cotilleo

lo que dice la Biblia sobre el cotilleo

Principales conclusiones:

  • El chisme como pecado en la Biblia: La Biblia clasifica el chisme como pecado, destacando sus consecuencias perjudiciales para los individuos y la comunidad.
  • Fuertes advertencias contra hablar mal de los demás: Varios versículos de la Biblia, especialmente en Proverbios y Santiago, advierten de los peligros de hablar mal de los demás y de la importancia de controlar la lengua.
  • Ejemplos bíblicos de chismorreos: La Biblia contiene relatos de personajes perjudicados por los chismorreos, que sirven de advertencia sobre esta práctica.
  • Enseñanza sobre el uso responsable de la lengua: La Biblia hace hincapié en el uso responsable y positivo de la lengua, fomentando las palabras que edifican y promueven la paz.
  • Impacto espiritual y moral del chisme: La práctica del chisme se considera un comportamiento que no sólo daña las relaciones interpersonales, sino que también afecta negativamente a la propia espiritualidad del chismoso.

lo que dice la Biblia sobre el cotilleo

Definición del chisme en los textos bíblicos

La Biblia hace varias referencias a comportamientos que podemos asociar con la práctica del cotilleo, a menudo descrito como «hablar mal» o «calumniar». En Levítico 19:16, encontramos: «No andarás como chismoso entre tu pueblo; no atentarás contra la vida de tu prójimo: Yo soy el Señor». En este pasaje, el término «chismoso» se utiliza para identificar a alguien que difunde rumores o calumnias. La palabra hebrea utilizada aquí es «רָכִיל» (rakil), que denota un soplón o alguien que difunde secretos perjudiciales.

Otro término usado a menudo es «calumnia», que aparece en Salmos 101:5: «Al que calumniare a su prójimo en secreto, a ése destruiré…». El término en hebreo es «לָשׁוֹן מְרַגֶּלוֹת» (lashon meragelot), literalmente «lengua de espionaje». Esta expresión subraya la naturaleza oculta e insidiosa del chisme, que actúa como un veneno silencioso entre la comunidad.

En el Nuevo Testamento, la palabra griega «ψιθυρισμός» (psithurismos) se utiliza en Romanos 1:29-30 para referirse a «hablar mal» o «murmurar». Pablo describe la murmuración como uno de los muchos pecados que caracterizan a quienes se apartan de la voluntad de Dios. En segundo lugar, encontramos «κατάλαλος» (katalalos) en 2 Corintios 12:20, indicando «calumniadores» o «los que hablan mal de los demás».

Además de palabras concretas, la Biblia utiliza a menudo metáforas para ilustrar los efectos del chismorreo. En Proverbios 18:8, el chisme se compara con bocados deliciosos que entran en las entrañas, sugiriendo que aunque pueda parecer inofensivo o incluso apetitoso, causa un daño profundo y duradero.

Cómo se ve el cotilleo a la luz de la Palabra de Dios

La prohibición de los chismes en la Biblia no es sólo una cuestión de etiqueta social o moral, sino un reflejo del carácter divino. Dios es presentado como el guardián de la verdad y la justicia, atributos que el chismorreo contradice directamente. En Proverbios 6:16-19, la lista de los siete pecados que Dios detesta incluye la «lengua mentirosa» y el «sembrador de contiendas entre hermanos», asociando directamente el cotilleo con una acción detestable a los ojos de Dios.

La práctica del chismorreo no es sólo inconveniente o desagradable; se considera un verdadero pecado con potencial destructivo. En Santiago 3:5-6, la lengua se compara con un pequeño fuego que puede quemar un gran bosque, ilustrando cómo las palabras maliciosas pueden causar destrucción a gran escala. La imagen del fuego es especialmente poderosa, pues evoca la idea de una destrucción rápida y fuera de control, algo que puede devastar relaciones y comunidades.

Además, la Biblia advierte de las consecuencias espirituales del chismorreo. En Mateo 12:36-37, Jesús afirma: «Os digo que de toda palabra ociosa que hablen los hombres, darán cuenta en el día del juicio; porque por vuestras palabras seréis justificados, y por vuestras palabras seréis condenados» Este texto pone de relieve la gravedad de nuestras palabras y cómo se tienen en cuenta en el juicio final, animando a una reflexión profunda sobre lo que decimos de los demás.

La instrucción bíblica también ofrece una visión positiva de cómo debemos usar nuestras palabras. En Efesios 4:29, Pablo advierte: «Ninguna palabra malsana salga de vuestra boca, sino la que sea buena para la edificación, a fin de dar gracia a los oyentes» Aquí, hay un claro contraste entre las palabras destructivas del chisme y las palabras constructivas que edifican y benefician a la comunidad. De este modo, el llamamiento bíblico no es sólo un «no», sino un «sí» decidido: utilizar la palabra para bendecir y edificar.

Para resumir, podemos visualizar las diferentes formas y percepciones que la Biblia presenta sobre el chisme en la siguiente tabla:

PasajeTérminoSignificado
Levítico 19:16Chismorreo (רָכִיל, rakil)El que difunde rumores o secretos perjudiciales
Salmos 101:5Calumniador (לָשׁוֹן מְרַגֶּלוֹת, lashon meragelot)Lenguaje del espionaje, que hace daño en secreto
Romanos 1:29-30Malicioso (ψιθυρισμός, psithurismos)Difusor de rumores; calumniador
2 Corintios 12:20Calumniador (κατάλαλος, katalalos)El que habla mal de los demás
Pasajes de la Biblia sobre el chismorreo

Ejemplos de chismorreos entre personajes bíblicos

José y sus hermanos

Uno de los ejemplos más llamativos de chismorreo en la Biblia se encuentra en la historia de José y sus hermanos, narrada en el libro del Génesis. José, hijo de Jacob, era el favorito de su padre, lo que provocaba una gran envidia entre sus hermanos. Además, José tenía sueños en los que se veía a sí mismo en una posición de liderazgo sobre la familia, lo que aumentó aún más la animosidad contra él. En Génesis 37:2, vemos que José llevó un «mal informe» sobre sus hermanos a su padre, difundiendo información que los angustiaba.

Esta difusión de información y los celos exacerbados culminaron en un acto extremo de traición. Los hermanos de José conspiraron contra él, planeando inicialmente matarlo. Sin embargo, acabaron vendiéndolo como esclavo a unos mercaderes ismaelitas (Génesis 37:19-28). Las habladurías iniciales de José y los celos de sus hermanos tuvieron consecuencias profundas y duraderas para toda la familia.

Esta historia ilustra cómo los chismes y las calumnias pueden crear divisiones familiares y conducir a acciones impulsivas y destructivas. El relato de José nos enseña la importancia de actuar con integridad y de considerar cuidadosamente el impacto de nuestras palabras y acciones en los demás.

Al final, Dios utilizó las pruebas de José para un fin mayor, transformando la situación para bien. Sin embargo, la dolorosa trayectoria por la que atravesó José nos recuerda las graves consecuencias que pueden desencadenar los chismes.

Aarón, Miriam y Moisés

Otro caso significativo de chismorreo en la Biblia tiene que ver con Aarón y Miriam, los hermanos de Moisés. En Números 12:1-2, leemos que Miriam y Aarón comenzaron a hablar en contra de Moisés a causa de su esposa etíope, cuestionando su liderazgo: «¿Acaso el Señor ha hablado sólo a través de Moisés? ¿No ha hablado también por medio de nosotros?» Esta murmuración de Miriam y Aarón puede considerarse un acto de chismorreo, ya que denigraba la posición de Moisés y creaba disensión.

A Dios no le gustaron estas palabras y llamó a Moisés, Aarón y Miriam a la Tienda de Reunión. Allí, Dios defendió a Moisés, destacando su fidelidad y humildad. Como resultado, Miriam fue golpeada por la lepra, quedando «blanca como la nieve» (Números 12:10). Aarón pidió a Moisés que intercediera por ella y, tras siete días de separación, Miriam sanó.

Este pasaje demuestra que la calumnia y la murmuración pueden acarrear graves consecuencias, tanto físicas como espirituales. La respuesta de Dios al comportamiento de Miriam y Aarón subraya la importancia del honor y el respeto dentro de la comunidad y la familia. La intervención divina reafirma que el liderazgo de Moisés fue elegido y ordenado por Dios.

Este episodio también nos recuerda el impacto de nuestras palabras, especialmente cuando cuestionamos la autoridad de quienes han sido colocados en posiciones de liderazgo. Aarón y Miriam aprendieron por las malas que los chismorreos y las discrepancias no sólo pueden causar división, sino también un serio juicio de Dios.

La historia de Amán y Mardoqueo

El libro de Ester ofrece otro ejemplo notable de intriga y chismorreo, esta vez entre Amán y Mardoqueo. Amán, un alto funcionario del reino persa, sentía una profunda aversión por Mardoqueo, un judío que se negaba a inclinarse ante él. Esta aversión personal llevó a Amán a calumniar a Mardoqueo y a su pueblo ante el rey Asuero, afirmando que los judíos eran una amenaza para el reino (Ester 3:8-9).

Amán manipuló al rey para que emitiera un decreto ordenando la destrucción de todos los judíos del imperio. La situación parecía desesperada hasta que Ester, la reina judía, intercedió valientemente, revelando el siniestro plan de Amán y su verdadera lealtad a su pueblo (Ester 7).

Al final, las maquinaciones y habladurías de Amán condujeron a su propia ejecución. El decreto genocida fue revocado, y Mardoqueo fue elevado a una posición de honor en el reino. Esta narración demuestra que la calumnia y los planes malvados, alimentados por la envidia y el odio, nunca prevalecen contra la justicia y la verdad.

La historia de Amán y Mardoqueo es un poderoso recordatorio de que quienes se dedican al chismorreo y la intriga pueden acabar cayendo en las mismas trampas que tienden a los demás. También subraya la importancia de mantenerse firmes en la verdad y hablar con valentía ante la injusticia.

Consecuencias del chismorreo mencionadas en la Biblia

Ruptura de las relaciones familiares

La historia de José y sus hermanos ilustra poderosamente cómo los chismes pueden destruir los lazos familiares. Las acciones de José al llevar un informe negativo sobre sus hermanos a su padre, y los consiguientes celos y conspiración de los hermanos, condujeron a una ruptura total de la relación familiar. José fue vendido como esclavo, lo que causó un inmenso dolor y angustia tanto a él como a su padre, Jacob, que creía que su hijo había muerto (Génesis 37:31-35).

A través de esta narración, podemos ver cómo los chismes y la envidia pueden sembrar la desconfianza y la animosidad entre los miembros de una misma familia. La restauración final de la familia de Jacob sólo fue posible muchos años después, y no sin sufrimiento y arrepentimiento. La historia de José nos recuerda que las palabras tienen el poder de dividir o unir, dependiendo de cómo se utilicen.

Otra consecuencia importante fue la comprensión del gran propósito de Dios. Incluso en medio de la traición y la separación causadas por los chismes, Dios transformó la situación para preparar a José para un tiempo de liderazgo y salvación en la tierra de Egipto. Sin embargo, el camino hasta este punto estuvo lleno de dolor y sufrimiento innecesarios, lo que demuestra que las habladurías pueden desencadenar una serie de acontecimientos negativos antes de que pueda surgir cualquier propósito positivo.

Por lo tanto, es crucial que consideremos cómo nuestras palabras y acciones pueden afectar a los que nos rodean, especialmente dentro de nuestras propias familias. Deberíamos tratar de cultivar un ambiente de confianza y aliento, en lugar de desconfianza y disolución.

División de la comunidad y consecuencias divinas

Las murmuraciones de Aarón y Miriam contra Moisés ponen de manifiesto las consecuencias divinas de la murmuración. Miriam estaba enferma de lepra, y la comunidad tuvo que detener su viaje hasta que ella sanara (Números 12:14-15). Esto no sólo afectó a la familia inmediata de Moisés, sino que también tuvo un efecto dominó en toda la comunidad de Israel. Los chismes y las disensiones crean divisiones que pueden frenar el progreso y la armonía de un grupo más amplio.

Más allá de las consecuencias inmediatas, esta historia también ilustra la ofensa que los chismes representan para Dios. La intervención divina directa subraya la seriedad con que Dios considera la calumnia y la falta de respeto a la autoridad ordenada por Él. El episodio sirve de solemne recordatorio de que Dios está atento a nuestras palabras y actitudes hacia los demás, especialmente hacia quienes ocupan puestos de liderazgo.

Es vital aprender de lo sucedido a Aarón y Miriam que la unidad y el respeto dentro de la comunidad son esenciales para el bienestar espiritual y el progreso colectivo. Las murmuraciones y los chismes no sólo deshonran a la persona calumniada, sino que también deshonran a Dios, que instituyó el orden dentro de la comunidad.

Para evitar tales consecuencias, debemos procurar ser agentes de paz y respeto, promoviendo la armonía y la unidad en nuestras comunidades. En lugar de criticar y calumniar, debemos buscar la comprensión mutua y el estímulo.

Autodestrucción y justicia divina

Las intrigas de Amán contra Mardoqueo son un ejemplo sorprendente de cómo los actos de chismorreo y malignidad pueden conducir finalmente a la autodestrucción. Amán, consumido por el odio y la envidia, manipuló al rey Asuero para que emitiera un decreto genocida contra los judíos. Sin embargo, sus maquinaciones quedaron al descubierto y fue ejecutado en la misma horca que había preparado para Mardoqueo (Ester 7:9-10).

La caída de Amán pone de relieve un principio bíblico recurrente: los que traman el mal contra otros suelen acabar cayendo en sus propias trampas. La justicia divina prevalece, castigando a quienes utilizan el chismorreo y la intriga para perjudicar a los demás. Esta historia sirve de severa advertencia contra el uso de palabras y acciones maliciosas.

Además, la elevación final de Mardoqueo y la salvación del pueblo judío demuestran que Dios es soberano y puede dar la vuelta a las situaciones más desesperadas. Aquellos que son fieles y justos encuentran vindicación y bendición, incluso cuando se enfrentan a la adversidad y la calumnia. La narración anima a los creyentes a confiar en la justicia y la providencia divinas, incluso en medio de la calumnia y la malicia.

Por último, la lección de Amán y Mardoqueo pone de relieve la inevitable destrucción que sobreviene a quienes persisten en la deshonestidad y la malicia. Debemos esforzarnos siempre por ser veraces y justos, recordando que Dios es un juez justo y que nuestros actos acarrean profundas consecuencias.

CINCO DATOS SÚPER INTERESANTES SOBRE: lo que dice la biblia sobre los chismes

  1. El chismefigura entre los pecados en Proverbios: La Biblia, en Proverbios 6:16-19, incluye el chisme entre las siete cosas que Dios odia, subrayando su gravedad. (fuente: Proverbios 6:16-19)
  2. La advertencia de Santiago sobre la lengua: En el Nuevo Testamento, Santiago describe la lengua como «un mal inquieto, lleno de veneno mortal», advirtiendo sobre el poder destructivo de las palabras (fuente: Santiago 3:8)
  3. La historia de Miriam y Aarón: Miriam, la hermana de Moisés, fue castigada por Dios con la lepra después de chismorrear sobre Moisés, lo que demuestra las graves consecuencias de los chismes (fuente: Números 12:1-10)
  4. El papel de Judas: Judas Iscariote, conocido por traicionar a Jesús, también era un chismoso, que hablaba mal de Jesús a los líderes religiosos, lo que llevó a su arresto y crucifixión (fuente: Mateo 26:14-16)
  5. Enseñanzas de Jesús sobre las palabras: Jesús enseñó que las palabras reflejan el corazón, y que seremos juzgados por cada palabra inútil que pronunciemos (fuente: Mateo 12:36-37)

Versículos que condenan el cotilleo

La Biblia es explícita en varios pasajes al condenar los chismes, mostrando lo destructiva que esta práctica puede ser para la vida personal y comunitaria. El chisme, que a menudo parece inofensivo, es visto en las Escrituras como un pecado que puede causar daños profundos.

Proverbios 20:19

Uno de los pasajes más directos sobre el chismorreo se encuentra en Proverbios 20:19: «El chismoso revela los secretos; no te metas, pues, con el que abre mucho los labios» Este versículo advierte del peligro de asociarse con personas chismosas, ya que no son de fiar y pueden revelar secretos.

Efesios 4:29

En Efesios 4:29 leemos : «Ninguna palabra malsana salga de vuestra boca, sino la que sea buena para la edificación, a fin de dar gracias a los oyentes» Pablo subraya aquí la importancia de usar nuestras palabras para edificación, no para destrucción. El chisme, que es una palabra inmunda, perjudica la edificación y promueve la desunión.

Proverbios 16:28

Otro versículo conmovedor es Proverbios 16:28: «El hombre malvado causa disensión, y el que difunde rumores ahuyenta a los buenos amigos» Este planteamiento pone de relieve cómo el chisme y la disensión son prácticas maliciosas que destruyen las relaciones y alejan a personas que podrían ser amigos leales.

Santiago 4:11

El libro de Santiago también se pronuncia contra los chismes: Santiago 4:11: «Hermanos, no habléis mal los unos de los otros. Quien habla mal de un hermano y juzga a su hermano, habla mal de la ley y juzga a la ley» El cotilleo se condena a sabiendas como hablar mal, y Santiago nos recuerda que se trata de un juicio que debe reservarse a Dios.

Pasajes bíblicos que advierten de los peligros del cotilleo

Además de condenar el cotilleo, la Biblia también nos advierte de los peligros que entraña. El cotilleo puede destruir reputaciones, causar divisiones e incluso difundir mentiras, afectándonos negativamente a nosotros mismos y a los demás.

Proverbios 18:8

En Proverbios 18:8 leemos: «Las palabras de un chismoso son como bocados deliciosos; descienden hasta lo más profundo del hombre» Este versículo sugiere que el chisme, aunque pueda parecer sabroso e irresistible, tiene un impacto profundo y negativo que llega hasta lo más hondo, causando daños espirituales y emocionales.

Salmo 34:13

El Salmo 34:13 ofrece un consejo claro: «Guarda tu lengua del mal y tus labios de hablar impíamente» Aquí, la advertencia es que cuidemos nuestra lengua, evitando pronunciar palabras que puedan engañar, herir o destruir la vida de otros.

Proverbios 26:20

Proverbios 26:20 nos enseña una lección práctica sobre el efecto de los chismes: «Sin leña, el fuego se apaga; y si no hay chismes, cesa la contienda» Este consejo práctico indica que, en ausencia de chismes, desaparecerían muchos conflictos y discusiones inevitables. Esto demuestra cómo los chismes pueden ser un poderoso combustible para los conflictos.

Romanos 1:29-30

En Romanos 1:29-30, los chismes se enumeran entre una serie de pecados graves: «Están llenos de toda clase de injusticia, maldad, avaricia y depravación. Están llenos de envidia, homicidio, contienda, engaño y malicia. Son chismosos, calumniadores, enemigos de Dios, insolentes, arrogantes, engreídos; inventan maneras de hacer el mal; desobedecen a sus padres» La inclusión del chisme en esta lista ilustra la seriedad con que es considerado a los ojos de Dios.

Enseñanzas bíblicas sobre el chismorreo

Además de condenar los chismes y advertir sobre sus peligros, la Biblia también nos da directrices claras sobre cómo afrontar las situaciones de chismorreo. El enfoque es siempre buscar la verdad y promover la paz y la unidad entre los hermanos.

Mateo 18:15-17

Jesús ofrece una de las enseñanzas más prácticas sobre cómo tratar los chismes en Mateo 18:15-17 : «Si tu hermano peca [contra ti], ve y aboga entre él y tú; si te escucha, has ganado a tu hermano. Pero si no te escucha, lleva contigo a una o dos personas, para que por el testimonio de dos o tres testigos se resuelva todo el asunto» Este pasaje promueve la resolución directa y privada de los conflictos, evitando la propagación de chismes que pueden agravar la situación.

Tito 3:10

En Tito 3:10, Pablo aconseja: «Evita al hombre pendenciero, después de amonestarlo la primera y la segunda vez» Esto sugiere un enfoque de amonestación a los que causan divisiones y difunden chismes. Si no hay cambios, puede ser necesario el distanciamiento para preservar la paz y la unidad.

Efesios 4:31-32

Otro pasaje que enseña cómo tratar los chismes es Efesios 4:31-32 : «Aparta de vosotros toda amargura, enojo, ira, gritería, maledicencia y toda malicia. Antes bien, sed bondadosos unos con otros, compasivos, perdonándoos unos a otros, como Dios os perdonó a vosotros en Cristo» Pablo nos aconseja sustituir los malos hábitos, incluidos los chismes, por la amabilidad y la compasión, fomentando un ambiente de perdón y acogida.

Proverbios 17:9

Por último, en Proverbios 17:9, encontramos un principio sobre cómo tratar la información: «El que encubre una ofensa fomenta el amor, pero el que la echa en cara separa a los buenos amigos.» Este pasaje enseña la importancia de no difundir información perjudicial, aunque sea cierta, para preservar el amor y la armonía entre las personas.

Cómo controlar la lengua para no difundir chismes

El poder del silencio

Una de las maneras más eficaces de controlar la lengua es aprender el poder del silencio. Proverbios 17:28 dice: «Aun el necio, cuando calla, es tenido por sabio; y el que cierra los labios es tenido por prudente» A veces, la mejor respuesta es no decir nada. Esta práctica del silencio puede evitar muchos conflictos y malentendidos.

También es esencial escuchar más que hablar. Santiago 1:19 nos aconseja «estar dispuestos a escuchar, ser lentos para hablar y para la ira». Escuchar atentamente no sólo nos ayuda a comprender mejor a los demás, sino que también nos da la oportunidad de reflexionar antes de responder.

Reflexionar antes de hablar

La Biblia nos anima a reflexionar sobre nuestras palabras antes de pronunciarlas. El Salmo 141:3 es una sentida petición: «Pon guardia, Señor, sobre mi boca; vigila la puerta de mis labios». Este versículo pide la ayuda divina para controlar nuestras palabras.

Esta práctica de reflexión puede implicar algunas preguntas sencillas: ¿Son verdaderas mis palabras? ¿Son necesarias? ¿Son amables? Si la respuesta a alguna de estas preguntas es «no», quizá sea mejor no decir nada.

Practicar la oración y la meditación

La oración y la meditación en las Escrituras son herramientas poderosas para ayudar a controlar la lengua. Al meditar en la Palabra de Dios, como en el Salmo 19:14: «Que las palabras de mi boca y la meditación de mi corazón te sean agradables, Señor», podemos permitir que la verdad de Dios transforme nuestros corazones y, en consecuencia, nuestras palabras.

La oración, por otra parte, nos permite buscar la guía y la fuerza divinas para evitar caer en la tentación de chismorrear. Pedir al Espíritu Santo que nos ayude a hablar con sabiduría y amor puede marcar una gran diferencia en nuestro comportamiento diario.

Buscar la responsabilidad comunitaria

Por último, buscar la responsabilidad dentro de una comunidad de fe puede ser de gran ayuda. Contar con un compañero responsable que pueda alertarnos cuando estamos a punto de caer en la tentación del cotilleo puede proporcionarnos el apoyo que necesitamos para mantener nuestro compromiso de utilizar nuestras palabras de forma edificante.

Como comunidad, es importante crear un entorno en el que no se tolere el cotilleo y en el que las palabras de ánimo y edificación sean la norma. Esto no sólo beneficia a los individuos, sino a toda la comunidad cristiana, fortaleciendo los lazos y fomentando un ambiente de amor y respeto.

Preguntas y respuestas frecuentes: qué dice la Biblia sobre los chismes

¿Qué dice la Biblia sobre los chismes?

La Biblia condena el cotilleo, describiéndolo como una práctica que siembra discordia y daña las relaciones. Varios versículos advierten contra hablar mal de los demás y animan a un uso responsable del lenguaje.

¿En qué consiste el pecado de la murmuración?

El pecado del chisme consiste en hablar mal de los demás a sus espaldas, difundiendo rumores o información perjudicial, a menudo sin pleno conocimiento de causa, con el fin de causar daño o encumbrarse a costa de los demás.

¿Qué dice la Biblia sobre hablar mal de los demás?

La Biblia advierte contra hablar mal de los demás en varios versículos, subrayando la importancia de controlar la lengua y usar las palabras para edificar y promover la paz. Versículos como Santiago 4:11 y Efesios 4:29 son ejemplos de estas advertencias.

¿Qué dice Proverbios 13:3?

Proverbios 13:3 dice: «El que guarda su boca preserva su vida, pero el que habla demasiado acaba arruinándose» Este versículo subraya la importancia de controlar las palabras y evitar hablar impulsivamente.

¿Qué dice Proverbios 16:3?

Proverbios 16:3 dice: «Dedica al Señor todo lo que hagas, y tus planes tendrán éxito» Este versículo nos anima a dedicar nuestros planes y acciones a Dios, buscando su guía y bendición.

¿Quién era el chismoso en la Biblia?

Un ejemplo de chismoso en la Biblia es Judas Iscariote, que traicionó a Jesús hablando mal de él a los líderes religiosos. Otro ejemplo es Miriam, que fue castigada por chismorrear sobre Moisés.

¿Qué dice Proverbios 6:16?

Proverbios 6:16-19 enumera siete cosas que Dios odia, entre ellas «la lengua mentirosa» y «el que causa discordia entre los hermanos», que pueden asociarse con la práctica del chisme.

¿Qué dice Santiago 1:26?

Santiago 1:26 dice: «Si alguno se tiene por religioso, pero no refrena su lengua, se engaña a sí mismo, y su religión no vale nada» Este versículo subraya la importancia de controlar la lengua como parte de una vida verdaderamente religiosa.

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